Cada hermano debe ser un instrumento fiel del Espíritu Santo, al servicio de la Iglesia, sirviendo a Jesús en los mas necesitados, los enfermos.
La Eucaristía es el centro del movimiento.
Se contempla en profundidad a María Santísima, ella es la Madre, modelo y guía del movimiento.
Trabajar en silencio, pidiendo siempre la gracia de disminuir para que crezca Jesús en nuestro corazón.
Cada hermano debe gravar en su corazón las palabras de Jesús, que nos dice, "El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará, iremos a él y habitaremos en él".
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