sábado, 30 de julio de 2011

DEBER CRISTIANO

Las palabras Kerigma, misión o misionar, primeramente deben elevar mis pensamientos hacia la Santísima Virgen María, la primer misionera. Para continuar este pensamiento detenerme en los Apóstoles, principalmente en San Pablo.
Pablo, nos cuenta el Evangelio tiene un profundo encuentro con Jesús, (Hechos 9,4-6). Su vida cambia, el hombre rudo que perseguía a la Iglesia se encuentra en su vida con un cambio radical; cambia desde lo profundo de su corazón hacia afuera.
A ese cambio se debe dirigir mi vida para que se convierta en una auténtica vida Cristiana.
Encontrarme con Jesús y permitir que él cambie mi vida totalmente.
En ese punto se juega mi salvación. El encuentro con Jesús solo depende de mi, porque solo yo debo abrir mi corazón y permitir que el Señor purifique todo mi interior, allí es donde se combate; en el corazón se gana la batalla. La Gracia santificante trabaja en uno e irradia esa luz que ilumina el mundo.
Contemplando a San Pablo me pregunto, como esta mi vida misionera?
Es necesario que sea misionero, que no me olvide de eso, pero lamentablemente muchas preocupaciones me atan al mundo y dejo de lado mi deber como Cristiano, "el anuncio". (KERIGMA)
En realidad, si esto me pasa, nunca me he encontrado con Cristo. Con facilidad me olvido que voy a rendir cuenta de este punto tan primordial de mi vida Cristiana. Si soy creado a imagen y semejanza de Dios, entonces debo ser como Jesús, el misionero por excelencia.
Amar como Jesús, pensar como Jesús, misionar como Jesús.
Puedo ser como Jesús, por el Espíritu Santo, el mismo que fecundo a María en su concepción (Lucas 1,35), resucito a Jesús (Lucas 24,6), y el que fue enviado en Pentecostés (Hechos 2,1-4).
Por lo tanto, tengo el deber y el poder de que la Palabra de Dios llegue a mis hermanos, comunicándoles la "Buena Noticia".
Como puede cambiar el mundo, si yo cristiano bautizado y confirmado estoy de brazos cruzados, encerrado en mi egoísmo, sin mirar a mi prójimo?
No necesito ir lejos para la misión que se me ha encomendado. Aquí en mi familia, mi barrio, mi parroquia, me necesita Jesús.
Debo recordar con frecuencia que soy misionero de raza, una raza elegida y sacerdocio real.
Pero a veces en mi vida pesan mas las cosas del mundo que las cosas de Dios. Muchas veces soy de inclinarme, al placer, al descanso, el lujo, las comodidades, las ocupaciones de la casa, el que comer, como vestirme etc.
Y el ser cristiano misionero, para cuando?
Me olvido también con frecuencia que esta vida es como un soplo.
Si cristiano significa otro Cristo, debo ser otro Cristo en este mundo. Y podríamos hablar entonces, de que es hora que permita al Espíritu Santo transformar mi pobre corazón, desear que él lo transforme, como transformo el corazón de muchos hombres que ahora están gozando en Dios. (Los Santos)
Desde el tiempo de los Apóstoles hasta nuestro tiempo nada ha cambiado, porque Dios Uno y Trino es el mismo. Es necesario que continúe la misión de Cristo, que sea sal y luz como dice Jesús en el Evangelio. (Mateo 5,13-15)
Recordar también, que nuestra Santa Iglesia esta construida sobre la sangre de muchos santos mártires, mucha sangre se ha derramado, principalmente se nos ha rescatado a un precio muy alto y el autor de nuestro rescate; el mismo Jesucristo Señor Nuestro, murió en la cruz y resucito al tercer día, para nuestra salvación.
Es necesario y es mi deber como cristiano ser misionero, pero muchos se confunden con que ser misioneros se deben ir al África, nada que ver. Yo debo ser misionero en los distintos sectores en los que me toque vivir. Jesús no me pide que deje todo para irme a otro país, me pide que sea misionero en mi lugar de origen.
Pero saquemos cuenta de las horas del día y me voy a dar cuenta de que no cumplo con mi misión de misionero por lo tanto, estoy faltando a mi compromiso como cristiano.
24 horas tiene mi día cuántas horas del día hablo de Dios a los que me rodean?
Muchas veces soy un cristiano cómodo, hipócrita, mezquino y conformista. Me conformo con solo ir a Misa y voy a Misa como cuando marco tarjeta y a veces, no sé de que se trata la Santa Misa. Estoy por estar, oigo pero no escucho y así transcurre mi vida siendo un mediocre.
Pero esto, de la Santa Misa es otro punto importantísimo que luego voy a tocar. Por ahora veamos este compromiso y mandato del Señor, debo ser misionero.
Alguna vez he pensado que cuando me presente ante Dios, se me va a preguntar: si comuniqué a mis hermanos todo sobre el Reino de los Cielos y ¿qué le diré?. No tuve tiempo, estaba preocupado en otras cosas, no sabia que decir.
Muchas veces estamos así, porque con facilidad nos olvidamos y hasta nos abandonamos a muchos dioses e ídolos mundanos, no abrimos nuestro corazón, no permitimos que el Divino Espíritu Santo trabaje en nuestro interior, no recurrimos a él, no le pedimos con sinceridad de corazón.
El Espíritu Santo es el que transforma nuestro pobre corazón y de eso nos olvidamos con frecuencia. (Juan 15,26-27)
Es necesario que deje que el Espíritu Santo valla cambiando mi vida, desde lo mas profundo de mi corazón porque, desde el vientre de nuestra madre, traemos heridas que solo Dios puede curar.
  Debo dejar que el Espíritu Santo encienda mi corazón con su fuego sagrado, de esa manera, el Paráclito, me convertirá en un verdadero misionero. Hacer lo que debo hacer y hacerlo bien sin pretender aplausos ni recompensa, mi recompensa esta en el cielo, eso lo sabe solo Dios.
El misionero no tiene esos pensamiento como los que tiene el mundo, cómo voy hacer o que voy a decir. El misionero se confía en las manos del Espíritu Santo, por la intercesión de María Santísima, porque no va ser él quien hable sino, Cristo habla en él.
Volviendo el pensamiento a San Pablo, se puede ver que ese gran santo misionero, nos muestra con su vida todo lo que se refiere a la misión y a lo que nos pueda pasar cuando trabajamos por y para el Reino; recibiremos burlas, insultos, nos dirán no tengo tiempo en escucharte, nos cerraran la puerta en la cara, nos contradecirán, sufriremos, lloraremos, encontraremos hermanos de otra religión. Pero  también encontraremos corazones dispuestos en escucharnos. Nada cambió, todo es igual que en el tiempo de San Pablo.
Debo recordar con frecuencia también que Jesús me necesita porque, el quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad, que todos conozcamos al Padre y a su único Hijo Jesucristo.
Como nos estamos dando cuenta de esta gran y urgente misión cristiana, podemos ahondar mas en nuestra vida personal, exactamente en nuestra vida de comunidad parroquial. Yo debo trabajar unido a mi párroco, porque sino me transformo en un francotirador, debo llevar una vida cristiana en comunidad, porque yo no me salvo solo.
En comunidad tendré mas fuerza espiritual, ya lo dijo Jesús. "Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, yo estoy en medio de vosotros". La comunidad es mi familia espiritual, en la comunidad se manifiesta el Espíritu Santo con todo su poder como en Pentecostés.
No debo vivir inmóvil a las cosas de Dios, ni ajeno porque yo juego un papel muy importante en todo esto. Me tiene que preocupar y demasiado, que a mis hermanos les llegue la Palabra de Dios.
Imaginemos a un Pablo, que después del profundo encuentro que tubo con Jesús, se hubiera quedado de brazos cruzados y esto no fue así. Pablo salió a anunciar el Evangelio aun corriendo peligro de muerte su vida y distintas situaciones tanto en el clima como en las pruebas.
Te has preguntado lo que pasaba en estos hombres que nada los detenía?
Los Apóstoles, San Pablo, los Santos; estaban llenos del Espíritu Santo, ese era el motivo que movía sus vidas, ahí esta el punto clave. Estos hombres y mujeres se dejaron impregnar por el Espíritu Santo.
No se puede anunciar a Jesús, si no estas movido por el Espíritu Santo. No se puede hablar de lo que no se conoce ni se tiene en el corazón. Así que es hora que despiertes cristiano, levántate tu que duermes, Jesús te llama y necesita que continúes el anuncio del Evangelio; porque es nuestro deber poner luz en la oscuridad de este mundo, a eso somos llamados.
En la medida que yo anuncio, el Señor obra en la vida de los hombres, debemos continuar el trabajo que ya comenzó hace 2011 años.
¿Te imaginaste que pasaría si se dejara de anunciar el Evangelio?
Estaríamos viviendo en un caos total donde no habría paz, solo odio porque no reinaría el Amor de Dios. Pero tenemos un Dios que es un Padre tan misericordioso, que siempre suscita en los corazones el Don de la santidad, siempre el Espíritu Santo esta obrando en la vida de sus hijos, porque el Amor es mas fuerte que el odio.
Por eso nos es enviado el Espíritu Santo, el Paráclito, para que con la fuerza de Dios salgamos a este mundo a llevar esperanza, amor y paz.
Debemos ser conscientes que nunca estamos solos, Jesús siempre esta a nuestro lado cuando emprendemos una misión, podremos tener muchas tempestades pero el Señor esta presente y no permite que nada nos pase. Somos privilegiados tenemos todo, los Sacramentos, la Eucaristía y una Madre llena de amor que nos protege, María Santísima.
Por eso debemos salir con una inmensa confianza a la misión. Muchos nos esperan, enfermos, desesperanzados, mujeres que venden sus cuerpos, hermanos perdidos por la droga etc; a todos les debe llegar la Buena Noticia.
Pero hay algo importantísimo y profundo en esto del misionero, debo estar muy unido a Cristo, es necesario que frecuentemente le reciba en la Eucaristía donde El se encuentra escondido bajo la frágil apariencia del Pan, por completo, Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.


El misionero vive de la Eucaristía y asiduamente recibe el Sacramento de la Penitencia.
De esa manera, el Señor ira transformando nuestro corazón. Nos da la Gracia santificante para nuestro cambio interior, nos ira llenando de su Amor y nos da la valentía de anunciarles a nuestros hermanos la Palabra de Vida, llevar su Luz al mundo, ser verdaderamente sal y luz.
El misionar es una gracia muy especial que el Señor nos regala, una Gracia tanto como para el que misiona, como para el que es visitado por el misionero.
Salir a misionar es una Gracia y Bendición para quien lleva la Palabra de vida, Gracia y Bendición, para el que recibe al misionero; porque no solo recibe al enviado, sino que recibe a Jesús en el enviado. El Señor dijo en el Evangelio: "El que a ustedes escucha a mi me escucha"
Por lo tanto la persona que abre la puerta de su casa a un misionero, abre la puerta a Jesús; quien ha enviado a comunicar la Buena Noticia.
Muchas veces no nos damos cuenta y no profundizamos este punto tan importante.
Salimos en nombre de Cristo, es su misión, su Palabra, su obra, todo absolutamente todo es suyo.
Soy un instrumento del Señor, soy un simple caño oxidado por donde pasa la Gracia de Dios por lo tanto, debo tener confianza de lo que voy a decir o como voy actuar, porque no soy yo sino, es Jesús que actúa en mi.
Si salgo a misionar creyéndome que lo se todo, ahí esta pesando mas mi orgullo, vanidad y sobervia de esa manera, estoy siendo obstáculo del Espíritu Santo. Muchas veces sin darme cuenta estoy prescindiendo de Dios y me pongo del lado de que, soy yo el que va a ser la obra y mi sobervia me hace olvidar que es el Espíritu Santo el que obra, no yo.
Dios se fija en el humilde así nos dice María en el Magníficat. (Lucas 1,47)
Cuando la Parroquia realiza una misión, se transforma en un poderoso instrumento de bendición en el Espíritu Santo, donde el Espíritu obra maravillas, y se pueden transformar muchas almas por la gracia de Dios. Las almas están deseosas de Dios, por lo tanto muchas puertas se les abren a los enviados de Cristo.
Hay que estar muy atento a la misión parroquial, porque la fuerza del Espíritu Santo acompaña a cada misionero. Salgo a comunicar el gran amor de Dios a mis hermanos, voy en representación de la Iglesia que es Santa, Católica y Apostólica. Soy una pequeña célula de este inmenso cuerpo místico, salgo llevando en mi, 2011 años de historia de la salvación.
Es necesario salir a comunicar esta verdad de fe, ahora que se están presentando muchas sectas que atacan el depósito de la fe.
Estar también consientes que el gran poder de la misión lo tiene la Santísima Virgen María que acompaña a cada hijo misionero; ella es quien tiene un gran acceso a las casas, se les abren no solo las puertas, sino también los corazones. La Madre derrama gracias para la conversión de las almas.
María Santísima es el acceso directo a los corazones.
¿Quien de nosotros no se derrite ante el esplendor de la Virgen María?
La Santísima Virgen María va delante del misionero, le acompaña y le alcanza la gracia del Espíritu Santo para que tenga la valentía de comunicar el evangelio. Ella lo lleva de su mano maternal y lo ampara con su tierno amor de Madre Celestial.
                           




    








                                                                          ORACIÓN
Ven Espíritu Santo Divino, por la intercesión de María Esposa Inmaculada del Espíritu Santo te suplico, que suscites en el corazón de todos tus hijos la vocación misionera y sacerdotal, para que con tu fuerza divina llegue a todos los hombres el evangelio.
Que brille tu santísima luz sobre cada uno, para que iluminemos toda oscuridad.
Danos tu fuerza para seguir adelante pese a las tribulaciones de este mundo, y atráenos a todos hacia la Santísima Eucaristía.
Espíritu Santo ven, y renueva la superficie de la tierra.
                                                             Amén

martes, 31 de mayo de 2011

PENTECOSTES

Ya llega Pentecostes, ya llega el cumpleaños de la Santa Iglesia de Cristo. El amor de Dios es enviado a nuestros corazones. Pentecostes inmensa fiesta del Amor de Dios Uno y Trino.

martes, 10 de mayo de 2011

ROSARIO DEL ESPÍRITU SANTO

Señal de la cruz:
Pésame o Yo pecador
Credo- Padre Nuestro- Ave María y Gloria.
(3 veces)
 Padre, Padre envíanos al Paráclito prometido por Nuestro Señor Jesucristo. Amén
                                                              Ofrecimiento
Espíritu Santo divino, te ofrecemos estas invocaciones por nuestros Sacerdotes, para que los llenes de tus Dones y permanezcan fieles a Ti, y a todas sus promesas hechas en su Ordenación Sacerdotal.
                                                                     Amén
Por nuestra conversión, pidamos el Don del temor de Dios.
Conviérteme...en mejor persona.
Sáname.......... de todos mis resentimientos. 
Vivifícame..... de alegría.
Salvame........ del enemigo.
Fortaléceme... en mis caídas.
Perdona....... mis pecados.
Lávame........ de mi envidia.
Absuélveme...para seguir a tu lado.
Reconcíliame... con mi Iglesia, padres, hermanos y amigos.
Gloria al Padre...


Pidamos los Dones de Consejo y Entendimiento, por la iluminación del mundo.
Ilumíname..... cuando tenga miedo.
Aconséjame... para no equivocarme.
Instrúyeme... para entender tu Palabra.
Oriéntame... para encontrar tu camino.
Úrgeme....... para llegar a Ti.
Llámame.... para recibir la Eucaristía.
Atráeme..... al servicio de tu Iglesia.
Rígeme...... en mi comportamiento diario.
Caliéntame... en mi momento de soledad y abandono.
Gloria al Padre...


Pidamos el Don de Fortaleza
Despójame... del egoísmo.
Pídeme........ mas servicio.
Quebrántame... cuando sea soberbio.
Vacíame...... de la envidia.
Hiéreme...... con tu ternura.
Derríbame...cuando no sea humilde.
Venceme.....de la pereza.
Libérame... de la gula.
Tómame.... en tus brazos cuando este triste.
Revísteme.. de tu grandeza con el Bautismo.
Gloria al Padre.,..


Pidamos el Don de Ciencia y Piedad.
Invádeme... de tu Amor.
Lléname... de tu sabiduría.
Inúndame... de tu gracia.
Embriágame... de tus Dones.
Habítame... con tu alegría.
Fecúndame... con tus obras de misericordia.
Sáciame... de tu sacrificio.
Mírame... con tu divino esplendor.
Bésame... con la suavidad de tu Palabra.
Poséeme... que mi vida es tuya.
Gloria al Padre...


Pidamos el Don de Sabiduría.
Bautízame... con tu Espíritu.
Úngeme... con tu Espíritu.
Séllame... con tu Espíritu.
Úsame...con tu Espíritu.
Tócame...con tu Espíritu.
Conságrame...con tu Espíritu.
Unifícame...con tu Espíritu.
Abrázame...con tu Espíritu.
Divinízame...con tu Espíritu.
Tranfórmame...con tu Espíritu.
Gloria al Padre...


1- Misterio. (10 veces)
Guía:Ven Espíritu Santo y llena los corazones de tus fieles,
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Gloria al Padre...


2- Misterio. (10 veces)
Ven Espíritu Santo...
Gloria al Padre...


3- Misterio (10 veces)
Ven Espíritu Santo...
Gloria al Padre...


4- Misterio. (10 veces)
Ven Espíritu Santo...
Gloria al Padre...


5- Misterio. (10 veces)
Ven Espíritu Santo...
Gloria al Padre...


6- Misterio. (10 veces).
Ven Espíritu Santo...
Gloria al Padre...


7- Misterio. (10 veces)
Ven Espíritu Santo...
Gloria al Padre...


Guía: Envía tu Espíritu y todo será creado,
Todos: Y renovarás la faz de la tierra.
                                                                    Oración
Oh Dios que iluminas los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, danos ese mismo Espíritu para que nos haga conocer y amar el bien y derrame siempre en nosotros el gozo de sus divinos consuelos. Por Jesucristo Nuestro Señor.
                                                                             Amén
Todos:
Ven Espíritu Santo, y aumenta nuestra Fe.
Ven Espíritu Santo, y aumenta nuestra Caridad.
Ven Espíritu Santo, y aumenta nuestra Esperanza           
Gloria al Padre...

miércoles, 4 de mayo de 2011

DEVOCIÓN AL ESPÍRITU SANTO

El Espíritu Santo, como en tiempo de San Pablo, es el gran desconocido entre los cristianos. 
Son muchos los fieles que recurren a los santos y olvidan al autor de la Gracia, al dulce Huésped de las almas.
El Espíritu Santo es el Alma de la Iglesia. La asiste constantemente en su gobierno y en su enseñanza infalible, y la Iglesia lo invoca antes de emprender sus obras, e invita a los fieles a recurrir al Espíritu Divino en toda actividad.
Somos templos del Espíritu Santo, nos dice el Apóstol. El Espíritu Santo es nuestro dulce Huésped, el Consolador y Santificador de nuestras almas. Los Apóstoles al recibirlo quedaron transformados.
¡Cuantas almas deseosas de perfección están como estancadas porque no invocan al Espíritu Santo!
¡Desean ser santas sin pensar casi en el Santificador!
¡Que todos los fieles reciban este mensaje!
Experimentarán un gran cambio en sus almas, verán nuevos horizontes, se maravillarán de sus progresos espirituales.
Invocando al Divino Espíritu, fuente de fuerza, luz y consuelo, El los llenará con sus siete Dones y morará en ellos como consuelo y guía.
¡Felices las almas devotas del Espíritu Santo!
Empiezan ya su cielo sobre la tierra, haciéndose acreedoras de gracias escogidas y recibiendo fuerza especial para corresponder a sus divinas inspiraciones.
El Espíritu Santo es el Dios del Amor.
¡Amemos al Amor!